lunes, 7 de julio de 2008

todas somos Sandra: jornada cultural



:::::Jornada Cultural:::: :

por

Sandra Ayala Gamboa

¡Reclamamos Justicia!

¡Basta de Impunidad!

¡Ni una mujer más muerta por violencia!

:::: Música::::Plástica::::Radio abierta::::Murgas:: ::

Miércoles 2 de Julio 16hs

Calle 7 e/ 45 y 46


¡Todas somos Sandra!







Sandra Ayala Gamboa era una joven inmigrante peruana que fue violada y asesinada el 22 de febrero de 2007 en el archivo del ministerio de economía, cuyo crimen sigue impune. Este es un ejemplo más de la violencia que sufrimos las mujeres cotidianamente, tanto simbólica, como psicológica y física, que en caso de llegar a la muerte constituye un femicidio. A lo largo de la historia las mujeres hemos sido colocadas en una situacion de exclusion y desigualdad, que hoy se refleja en que no se nos garanticen nuestros derechos y que seamos las victimas fáciles de abusos, crímenes, trata, prostitución y tantas otras formas de violencia.


Los femicidios suelen explicarse como producto de la pasión desenfrenada de amantes o pretendientes rechazados, de parientes ignorados, de novios o maridos celosos... Mentira!!! No hay crímenes pasionales. Nadie mata por amor. Son la expresión del uso y abuso del cuerpo de las mujeres, marcando territorio, apropiándose física y moralmente del otro en la figura de una mujer.


El genocidio de las mujeres es un crimen social, es posible porque está naturalizado un lugar inferior para las mujeres como objetos usables, prescindibles, maltratables y desechables. Refleja la opresión y desigualdad social.


Una investigación realizada por Amnistía Internacional (AI) de Argentina, destaca que cada dos días y medio una mujer muere como consecuencia de las agresiones de esposos y/o parejas. Esta investigación se basó en un seguiminento de los medios de comunicación. Según AI, estos datos no incluyen los casos de mujeres hospitalizadas por agresiones y que posteriormente fallecen. Tampoco los medios registran los suicidios que comenten aquellas mujeres por causa de la violencia conyugal.


El silencio, la omisión, la negligencia son modos de la ceguera genérica, y los medios y los jueces terminan investigando a la víctima, justificando así los asesinatos; el Estado patriarcal y capitalista no sólo no hace nada para solucionar los crímenes que permanecen impunes sino que permite que se perpetúen, al hacer oídos sordos a los reclamos que venimos haciendo las mujeres hace años como el derecho al aborto, igualdad en los salarios, cárcel a los violadores y asesinos, libertad a Romina Tejerina.


Por todo esto creemos que las mujeres tenemos que organizarnos y vemos a través de la movilización la única forma, no sólo de hacer justicia por Sandra sino de hacer visible esta violencia que sufrimos las mujeres día a día en la casa, en la cama, en la escuela, en la calle y en el trabajo.